lunes, 2 de septiembre de 2013

Tortas de anís


No hay dulce más ligero, que una crujiente y tostada torta de anís, y ya si es casera mejor que mejor.
Se tardan un poquito en hacer, ya que lleva su tiempo dejarlas perfectas, pero una vez terminadas merece la pena.

Ingredientes: para unas 10 tortas
-50 gramos de aceite de oliva, y un poco más para evitar que se peguen una vez formadas
-La piel de medio limón (sin rallar)
-Anís en grano, una cucharada
-180 gramos de harina normal o de repostería, de fuerza no
-Levadura; se puede usar un poco menos de un sobre de la levadura química que usemos normalmente, o 10 gramos de levadura de panadero, o 10 gramos de levadura fresca. Según mi experiencia, quedan mejor con levadura normal química, pero vale cualquiera de las tres.
-80 gramos de agua
-20 gramos de licor de anís
-una cucharada de sésamo
-15 gramos de azúcar, y un poco más para espolvorear por encima
-Una pizca de sal

Lo primero que tenemos que hacer, es coger una taza, apta para microondas, y meter dentro el aceite, la piel de limón y el anís en grano. Se mete en el microondas un minuto, y se infusiona, una vez caliente, el limón, en el aceite con anís. Una vez infusionado, quitamos el limón, y reservamos para que se enfríe un poco.

En un cuenco grande, ponemos la harina, la sal y la levadura. En caso de usar levadura fresca, se debe añadir disuelta en los 80 gramos de agua tibia de la receta.  Una vez hemos mezclado esto, añadimos el aceite con el anís infusionado y ya no tan caliente. Y mezclamos de nuevo. La mejor forma de mezclar esta masa es con una paleta, y a mano. Queda muy bien, no cuesta nada y queda mejor que con una máquina. 

Una vez mezclado todo hasta aquí, añadimos el resto de los ingredientes restantes a la masa (licor de anís, sésamo, azúcar y el agua, en el caso de no haberla echado antes con la levadura fresca).
Ahora si que debe mezclarse todo muy bien, debe quedar una masa uniforme, espesa, manejable, sin resto s de harina. Quedará como una bola, algo pegajosa. 


Ahora lo que hay que hacer, es poner sobre una superficie plana un trozo de papel de horno, ligeramente untado con aceite. Cogemos un trozo de masa, y la estiramos encima del papel de horno, debe quedar muy fina. Lo mejor para estirar esta masa, es un rodillo de plástico, porque así la masa no se pega en él, y si lo hace, sólo hay que untarle ligeramente de aceite. 


Una vez la masa está estirada, cogemos un cuenco pequeño y vamos cortando tantas tortas como nos de la masa estirada. Después, se retira la masa que no esta con la forma adecuada, dejando sólo las tortas cortadas en el papel, y recortamos el papel al rededor de las tortas, y reservamos en una superficie plana. 
Hay que repetir este mismo paso tantas veces sea necesario, hasta que terminemos con toda la masa.


Una vez tenemos todas las tortas individuales hechas, hay que dejar reposar la masa durante una hora, aproximadamente, en un lugar sin demasiadas corrientes de aire, y no frió. El mejor sitio es el horno apagado. Esto hace que la levadura haga efecto y haga crecer las tortas un poco, así estarán más crujientes. 

Una vez ha pasado el tiempo, sacamos las tortas del horno, y metemos dentro un recipiente lleno de agua en el fondo del mismo. Encendemos el horno a 200º con el recipiente dentro. Una vez caliente vamos metiendo hornadas de tortas, las que quepan en una bandeja, porque es mejor no meter más de una bandeja al mismo tiempo. Importante, antes de meter las tortas en el horno caliente debemos rociarlas bien con azúcar por encima.

No hay un tiempo fijo, debemos sacarlas cuando estén doraditas y bien hechas. Suele ser entre 10 y 15 minutos, aunque el tiempo puede variar al gusto.


Cuando las saquemos del horno las dejamos enfriar y listas para comer.









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